viernes, 1 de marzo de 2013

TECNIFICACIÓN.







Tecnificación: Acción y efecto de tecnificar.

Tecnificar: Introducir procedimientos técnicos modernos en las ramas de producción que no se empleaban.

Hacer algo más eficiente desde el punto de vista tecnológico.

Este es el significado y sus acepciones de la

palabra Tecnificación según la Real Academia Española de la Lengua. Pero ¿qué significado le damos en nuestro mundo del fútbol? ¿Es necesario su empleo? ¿Es conveniente en ciertas edades? ¿Cuando está justificado?

El fútbol como cualquier deporte también ha evolucionado, no en todos los aspectos incluso me atrevería a decir que en algunos hizo todo lo contrario. En su evolución ha tenido que adaptarse a las circunstancias sociales, económicas y políticas y sin perder su esencia, sigue formando parte de la cultura de un importante número de seres humanos de cualquier continente y de cualquier estrato social.

Ya dijo el Sr. Joao Havelange en 1994:

“El fútbol es un producto comercial que debe venderse".

Con esta evolución y adaptándose a los tiempos, los métodos para su enseñanza han ido sufriendo variaciones, enriqueciéndose en gran medida debido a los medios puestos a su servicio gracias al impacto que ha sido capaz de producir entre las masas este deporte llamado en muchos lugares "Deporte Rey".

La exigencia de la práctica, unida a la necesidad de ofrecerse como espectáculo deportivo ha dado como fruto el constante estudio del fenómeno en sí, intentando despejar todas las incógnitas como si de una mera ecuación matemática se tratara. El deseo de lograr la máxima eficiencia, es decir, tecnificar el deporte del fútbol desde su más básico fundamento, desde cómo debo acomodar mi cuerpo para realizar un pase, como debo correr, como debo saltar, qué superficie debo emplear para golpear al balón incluso de que manera he de colocarlo y si es más eficiente mi golpeo al esférico si realizo una inspiración antes y una expiración durante o tras el mismo, así como hacia donde tengo que moverme si mi compañero está ubicado en ese o en este lugar, a quién tengo que perseguir si pierdo la posesión del preciado tesoro, etc.. Pensemos si este deporte son su tecnificación pierde su nombre para tomar el de Fabricación de Manufacturados.

Sin embargo mi particular punto de vista es que en un deporte colectivo como es el fútbol, no hay que olvidar que se forma en base a una serie determinada de individualidades, cada una con unas virtudes y con unos defectos que hay que intentar combinar de la mejor manera posible para lograr el máximo rendimiento que sin duda llegará si se es capaz de corregir esos defectos, es decir, si se logra tecnificar, o sea hacer más eficaces a esas individualidades.

Profesionalmente la capacidad de cada jugador se da por supuesta pero para llegar a esa capacitación han existido muchos años de práctica, de esfuerzo, de mecanización de cada una de las acciones que les vemos realizar. En definitiva; muchos años tecnificándose.

Las aptitudes innatas de cada individuo, no cabe duda, son fundamentales pero no llegan a ser del todo determinantes siempre que podamos vislumbrar esas aptitudes discriminando las que puedan desfavorecer la eficaz práctica deportiva en cuestión para la ejecución de las acciones propias. El resto es la mecanización de los gestos, la familiarización con el medio donde se desarrolla dicha práctica y sobre todo la corrección de todo lo que pueda ser perjudicial para conseguir la eficacia de la que estamos hablando.

Si mostramos un jugador de élite en sus años de formación, seguramente entendamos y justifiquemos más la tecnificación en la base.

Sin duda el planteamiento ha de ser consecuente con la capacidad del joven, su edad, nivel coordinativo e incluso tendremos que tener en cuenta el aspecto psicológico.

Partiendo el aspecto analítico de cualquier elemento técnico, táctico o físico impartido, aislándolo, separándolo del entorno grupal del propio deporte, la reiteración en las acciones, su corrección y su adecuada progresión en la enseñanza dará su fruto siendo constantes sin ser impacientes.

Proponer elementos imaginativos a la hora de impartir la enseñanza junto al ofrecimiento de los refuerzos motivacionales adecuados a los alumnos facilitaran la labor docente evitando el aburrimiento propio de la repetición de las acciones y el posible riesgo de abandono de la práctica deportiva.

Superada la etapa analítica en la que se logra automatizar cualquier acción dando la sensación de coartar al deportista dejándolo sin iniciativas, saber introducir el aspecto colectivo de las mismas acciones y saber justificar lo tecnificado analíticamente desde el punto de vista global debe servir para aumentar el grado de entusiasmo y participación del receptor. Dando un pasito más, si sabemos plantear situaciones que se no se produjeron anteriormente de forma que el sujeto deba buscar una solución a ese problema no resuelto, lograremos que un aspecto importante y necesario, que parecía haberse obviado en fases anteriores, para lograr la tecnificación se dé por sí solo pasando a solventar situaciones imprevistas eligiendo una de todas esas acciones automatizadas que tan tediosas se mostraron. El futbolista ha sido creativo o ha sido resolutivo. El seguramente lo que hizo fue crear una solución a un problema planteado en un tiempo determinado y sobre todo eficazmente.

Podríamos decir entonces que tecnificar, siendo un frío concepto, se antoja necesario tarde o temprano y más vale temprano, pues es aquí cuando los resultados sin ser importantes si son constantes.

Alguna experiencia piloto me demuestra que en alumnos de iniciación con pocos conceptos y aptitudes para el fútbol han logrado entenderlo en su esencia. Han crecido semana tras semana. Muy poco a poco han sido conscientes de que son capaces de realizar acciones que ni siquiera se planteaban, fueron haciéndose amigos del balón queriéndole para sí, exigiéndolo entre sus pies para mostrar su capacidad técnica y decisoria. Han mostrado su confianza en el momento de la ejecución, convencidos de que lo que deciden en ese momento, en ese preciso instante en el que el rival se acerca hacia ellos y sus compañeros se mueven al lado contrario y en el que oyen a otros que exigen demostrar lo aprendido; es lo correcto.




Así pues aunque seguramente esté equivocado, favorezcamos la tecnificación para conseguir la eficacia pues el que no tiene la oportunidad no la consigue por sus propios genes únicamente sino también porque, aunque sin medios, seguramente habrá repetido hasta la saciedad un gesto, un movimiento, un salto, una acción sin caer en la cuenta de que se estaba tecnificando.